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sábado, 20 de mayo de 2023

«Una gran pregunta conlleva a una gran investigación»

Por                                  


David Figueroa Díaz  

20/05/2023                    

Cuando se incurre en una falta, lo cortés y lo valiente es pedir disculpas, aunque hay quienes, sin ningún argumento y con cierta dosis de autosuficiencia, aseguran que las disculpas no se piden, sino se dan. No tengo dudas de que se piden, y por eso les pido disculpas al equipo de redacción de este importante de comunicación social y a los seguidores de este trabajo de divulgación periodística, por la ausencia de la semana pasada.

Los jueves por la noche o a más tardar en las primeras horas de los viernes, me dedico a redactar el acostumbrado comentario lingüístico de los sábados, con el deseo de que haya el suficiente tiempo para que sea revisado y editado, en virtud de evitar los gazapos, esos «duendecillos» que le desazonan el día aun al más indolente de los seres humanos.

Con las constantes fallas en el fluido eléctrico, que por supuesto afectan a las comunicaciones vía Internet, es casi imposible mantener la regularidad, por muchas previsiones que quieran tomarse, pues las interrupciones en Venezuela son una calamidad, y cada día aumentan, por fallas o por racionamiento. A todas esas, reitero la disposición de hacer lo que esté a mi alcance para tratar cumplir la tarea. ¡Gracias!

El tema de hoy está condensado en el título de este artículo, que lo copié textualmente, y por ello que el entrecomillado sea obvio. Corresponde a la promoción de una serie basada en la investigación criminal, que transmite el canal estadounidense A&E, cuyo doblaje al español, junto con la promoción, se llevan a cabo por una empresa chilena.

Vale acotar que Chile y México son los países en los que mayormente se hace este tipo de trabajo, aunque en los años más recientes, Venezuela se ha hecho sentir, al punto de que en muchas producciones dramáticas, infantiles y contenidos publicitarios, están las voces de excelentes profesionales de mi país, en donde, sin sonrojarme, digo que hay talento para exportar. Santiago Duarte y Tinedo Guía, entre otros, son el vivo y digno ejemplo.

Ahora, ¿qué tiene de malo que la traducción se haga en Chile? ¡Pues, a simple vista, nada! Pero si desean saber mi parecer, les diré que en ese país, con contadas y honrosas excepciones que se distinguen muy fácilmente, el buen uso del idioma español no es la mayor preocupación, lo cual se colige del lenguaje chabacano que se emplea en los noticieros, en los programas de opinión, deportivos, en los mensajes de interés comercial en televisión y el en habla cotidiana.

Dicho sea de paso, toda o casi toda la producción de los canales de televisión de Estados Unidos para Hispanoamérica, es doblada en Chile. Pero no es eso de lo que quiero hablarles, sino del mal uso del verbo conllevar, que ingenuamente creí que era exclusivo de los venezolanos. De este asunto he hablado en reiteradas ocasiones, y hoy una vez más vuelvo sobre él con la finalidad de aclarar las dudas.

El parentesco entre los verbos conllevar y llevar, de los que muchos redactores profesionales y otros no profesionales piensan que son sinónimos, favorece la creencia en que podrán usarse indistintamente. Eso no es cierto. Hay entre ellos una marcada diferencia que conviene distinguir para no confundirlos.

Conllevar, entre otras acepciones, alude al hecho de que una cosa ocurre o pudiera ocurrir de forma aparejada con otra, como por ejemplo, si se quisiera expresar que «el aumento del costo del pasaje del transporte público conlleva el riesgo de una protesta masiva». Es fácil entender que si aumenta el costo del pasaje, también aumentaría la posibilidad de que haya una protesta masiva. Sobre este asunto existen muchos ejemplos aclaratorios, que si les presta la debida atención, ayudarían a disipar las dudas y contribuirían para que no se le confunda con llevar, aunque sean parientes muy cercanos.

En el caso de «Una gran pregunta conlleva a una gran investigación», lo impropio está en haber usado la preposición «a». La intención del redactor de la frase, fue decir que una gran pregunta lleva consigo, lleva aparejada, de forma paralela, va de la mano o es igualmente proporcional a la posibilidad de que exista una gran investigación, solo que no supo expresarlo.

Los redactores deben tener siempre presente que conllevar no significa llevar, conducir o guiar a, sino llevar con. ¡Esa es la diferencia, anótenla!


lunes, 8 de mayo de 2023

Tilde diacrítica, la coma y algo más

Por                               


     

David Figueroa Díaz  

06/05/2023                    

A lo largo de los casi veintinueve años en los que me he dedicado a escribir sobre asuntos gramaticales y lingüísticos, me ha tocado volver muchas veces sobre temas ya tratados. En cada ocasión he tenido el cuidado de mostrar enfoques diferentes y ejemplos sencillos, pero con la misma intención.

Me complace saber que muchos redactores profesionales y otros no profesionales, se han liberado de las dudas, y en virtud de lo cual, han adquirido madurez en la redacción.

Lo más agradable es que esas personas están conscientes de que nunca se termina de aprender. Esa debe ser la consigna de quienes deseen escribir bien y hablar de mejor manera.

Lo más agradable es que esas personas están conscientes de que nunca se termina de aprender. Esa debe ser la consigna de quienes deseen escribir bien y hablar de mejor manera.

pocos días leí un mensaje de WhatsApp en el que no se utilizó ni una coma. Ese hecho me llamó la atención, dado que el aludido contenido es de una periodista que de manera muy frecuente escribe notas informativas, reflexiones y recomendaciones de diversa índole, que podrían ser oportunas y provechosas; pero la autora debe tener presente que la coma es lo que le da sentido a lo que se escribe.

Eso fue lo que inspiró el artículo de hoy, en el que en primer término les hablaré de la tilde diacrítica, luego un breve comentario sobre algunos usos de la coma, y por último de algunas formas que muchos redactores no manejan con facilidad.

He perdido la cuenta de las veces que he escrito sobre las palabras por la índole de la entonación (agudas, graves, esdrújulas y sobreesdrújulas) y del uso de la coma, y aunque ha habido logros muy significativos, aún quedan resabios sobre los que es necesario insistir.

El no uso de la tilde y de la coma son las faltas más sobresalientes en los contenidos que a diario son publicados en las redes sociales y en los grupos de WhatsApp.

Por la ausencia de esos elementos fundamentales en la escritura, es difícil entender lo que otros desean expresar.

Para manejar con soltura el tema de la acentuación se debe tener claro que tilde es un signo gráfico, y acento es la sílaba tónica que tienen todas las palabras, con excepción de las monosílabas; aunque muchas de estas cumplen varias funciones dentro de la oración, y es ahí de donde surge la tilde diacrítica.

Con algunos ejemplos, quizás los más comunes, trataré de aclarar las dudas.

Mí pronombre personal: «Lo quiero para mí». Mi adjetivo posesivo: «Mi mamá». Tú pronombre personal: «Tú tienes tres casas». Tu adjetivo posesivo: «Ese es tu cuaderno». Él pronombre personal: «¿Él es tu hermano?». El artículo: «El libro de matemáticas».

En cuanto a la coma, es menester aclarar que no es una pausa para tomar aire dentro de una oración, pues como he dicho en reiteradas oportunidades, obedece a unas reglas gramaticales que se deben cumplir para hacer que un texto sea comprensible.

Su manejo requiere una práctica constante, si la intención es escribir para ser entendido, claro está.

Sirve, entre otras cosas, para separar los enunciados: «Tengo café, leche, chocolate y té helado». Para aclarar: «Juliana, la amiga de mi hermana, vino ayer en la noche». En locuciones conjuntivas o adverbiales: asimismo, obviamente (y todas las que terminen en mente), en efecto, es decir, en fin, por consiguiente y no obstante.

Como habrán podido notar, no es nada difícil de manejar, si se le presta la debida atención. En eso deberían esmerarse todas aquellas personas cuya herramienta sea el lenguaje escrito y oral.

Muchas son las personas, sobre todo comunicadores sociales y educadores, que tienen dificultad para usar adecuadamente las formas porqué, por qué, porque y por que, aun con la larga trayectoria y experiencia de que suelen alardear, que es lo lamentable.

Es recomendable que sepan que porqué equivale a causa, motivo, razón: «No comprendo el porqué de tu presencia (la razón de tu presencia)». Por qué introduce oraciones interrogativas y exclamativas directas e indirectas: «¿Por qué no viniste ayer a la fiesta?» «No comprendo por qué te pones así».

Porque se usa para introducir oraciones subordinadas que expresan causa y se pueden sustituir por puesto que, debido a o ya que: «No fui a la fiesta porque no tenía ganas».Que es lo mismo si se dijera: «No fui a la fiesta puesto que no tenía ganas».

Por que es una locución conjuntiva causal, equivalente a por lo cual o por la cual: «Solo tú sabes la razón por la que escribiste esa carta». Muchas veces se prefiere por lo cual o por la cual; pero es perfectamente aceptable. ¡Y no hay más, por ahora!


¡Rubio, el «hispano» del momento!

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