David Figueroa Díaz
29/07/2023
La semana pasada mostré una parte de lo que, en mi opinión, son las impropiedades más frecuentes en los medios de comunicación social y en el habla cotidiana, sobre todo en Venezuela, que es la realidad que conozco.
De muchas de esas he dedicado artículos a cada una, y me satisface saber que el aporte ha surtido los efectos esperados, claro está, en algunos preocupados por el buen decir. ¡Esa es la finalidad y el deseo!
Les hablé de ahí, hay y ay; de haya, halla y aya y de la utilización incorrecta de la forma o sea, (equivalente a es decir). De cada caso mostré ejemplos sencillos, con la finalidad de facilitar la comprensión, aunque de la última de las mostradas no di mayores detalles, y por eso aprovecho para decirles que cuando tiene valor de es decir, se escribe o sea, y no osea u ósea, como corrientemente algunos las escriben, incluidos comunicadores sociales y educadores, muchos de los cuales se ufanan de su supuesta larga experiencia.
Osea es del verbo osear, que significa espantar las aves; en tanto que ósea es algo relativo a los huesos: estructura ósea, por ejemplo. Si alguien cuya ocupación habitual es la comunicación social y/o la docencia no sabe o se le dificulta distinguir entre las tres formas, es lamentable, dado que no estaría ejerciendo cabalmente su oficio. Si dice que su trayectoria como periodista o educador es de veinte años, y arrastra esa y otras faltas de elemental ortografía, es fácil deducir que no son veinte años, sino el mismo primer año repetido veinte veces, que no es lo mismo ni se escribe igual.
Voy a hablarles entonces, una vez más, de «cayó abatido», de «un 24 de julio de 1783»; de iniciar y comenzar, Gobierno Regional y «con motivo a».
Muchos periodistas, sobre todo los redactores de sucesos, no se han percatado de que abatir lleva implícita la noción de caer, por lo que, al decir que los antisociales cayeron abatidos, simple y llanamente incurren en redundancia, que se evita al escribir o al decir, por ejemplo: «Cuatro sujetos fueron abatidos al intentar huir luego de perpetrar un robo».
En crónicas y en relatos históricos, cuyos autores son personas a las que siempre se las pondera como conocedoras del lenguaje que emplean, es frecuente leer que Simón Bolívar nació un 24 de julio de 1783, expresión que de buenas a primeras no tendría nada de malo, porque es cierto, en esa fecha nació el Libertador; pero si se analiza con sentido común y responsabilidad, podrá encontrarse algo que es inapropiado. Hay un solo 24 de julio de 1783, por lo que es incorrecto el uso del artículo indeterminado «un», pues sugiere que en ese mismo año hubiera otro 24 de julio.
Podrá usarse en casos en los que se conozca de antemano el año, o que por otra razón se omita, como por ejemplo: «Bolívar nació en Caracas un 24 de julio, contrajo nupcias con María Teresa Rodríguez del Toro y Alaisa…». Pero si ese no es el caso, entonces deberá ser el 24 de julio. El criterio es aplicable a cualquier fecha o hecho.
En cuanto a iniciar y comenzar, es prudente recalcar que ambos verbos son sinónimos; sin embargo, no se construyen de la misma manera. Para usarlos de forma adecuada, es necesario entender que las cosas no inician, se inician, es decir, alguien debe iniciarlas; en cambio, sí comienzan. Es incorrecto, por tanto, decir que hoy inicia la segunda fase de la Liga Futve. Lo adecuado sería «hoy se inicia (o comienza) la segunda fase de la Liga Futve».
La frase Gobierno Regional es un vicio que se ha arraigado en el vocabulario de la mayoría de los diaristas venezolanos, que no han querido entender que en Venezuela no existe esa figura gubernamental. Si leyeran el artículo 136 de la Carta Magna, podrían entender que «el Poder Público se distribuye entre el Poder Municipal, el Poder Estadal y el Poder Nacional…» ¡No es un capricho de quien esto escribe; es algo que tiene carácter constitucional!
La mayoría de los maestros de ceremonia y las personas encargadas de elaborar y de leer el ceremonial de los actos solemnes y de otra índole, no han podido asimilar que las cosas no ocurren «con motivo a», sino «con motivo de»: «Con motivo de cumplirse un nuevo aniversario de la Batalla Naval del Lago, la Armada de Venezuela invita al pueblo al desfile militar que tendrá lugar en el Monumental Paseo del Lago de Maracaibo». ¡Así de sencillo, sin complicaciones gramaticales!