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martes, 18 de septiembre de 2018

¡ALGO GRAVE SUCEDE CON LAS GRAVES!

Por Marcos David Figueroa

La semana pasada hablé por primera vez en más de veinte años de trabajo de divulgación de temas gramaticales, sobre las palabras tritónicas[1], y me complace que muchos lectores hayan tenido la deferencia de emitir comentarios de agradecimiento y de elogio para quien esto escribe, lo cual me estimula y me compromete aun más en esta labor didáctica, que gracias a la organización Periodistas en Español, hoy día llega a más de ciento treinta países.

Ese hecho, satisfactorio por demás, me impone que el contenido de mis publicaciones sea más universal, aunque muchos de los casos son comunes en varias naciones, pues son vicios que se han arraigado en un país y han llegado a otros por diversas vías.

Me referí a las palabras con tres formas de entonación, en virtud de la frecuencia con que aparecen impropiedades en las redes sociales, que como he dicho en infinidad de ocasiones, están plagadas de errores que denuncian la incultura de sus autores. Una de esas palabras es ejército, que es esdrújula y que debería escribirse con inicial mayúscula cuando aluda al componente militar de casi todas las naciones. Las otras dos formas son ejercito y ejercitó. Pese a ser una situación sumamente sencilla, muchos redactores dudan e incurren en errores.


Algo parecido sucede con las palabras graves, pues redactores descuidados desconocen su enunciado, amén de que no tienen claro lo que es terminación y acento. Para los que no lo saben, las palabras graves son aquellas que tienen la mayor entonación de voz en la penúltima sílaba. Llevan tilde cuando terminan el cualquier consonante, menos la “N” y la “S”. También son conocidas como paroxítonas.

Todos los sonidos “ía” llevan tilde: María, venía, sería, biología, vendría, avalaría, soltería, etc. Son palabras graves y se acentúan ortográficamente aun cuando terminan en vocal, para evitar que se forme diptongo. En muchos textos es frecuente leer que se les coloca la tilde para disolver el diptongo, con lo cual no estoy de acuerdo y estimo que es una equivocación, dado que no se puede disolver algo que no se ha formado.

Algunas palabras graves con tilde son: abstraído, acentúan, acentúas, afonía, agonía, álbum, alcancía, alcázar, alférez, altanería, ámbar, ángel, árbol, áspid, azúcar, automóvil, Báez, barahúnda, Benítez, Gómez, López, Méndez, Rodríguez, Suárez, Pérez, etc. En tanto que de las que no llevan tilde podemos enumerar las siguientes: abanderado, abanderamiento, abandonado, abanica, abanico, abarrotado, abasto, abolengo, abortivo, abovedada, abovedado, abrasivo, abrazadera, absolutorio, abstencionismo, abucheo, abuela, abuelo, acarreo, acerado, burro, casa, carro, dedo, estado, fuerte, guante, hora, impecable, etc.

Ejemplos de palabras graves mal acentuadas:
Estuvierón
Cantarón
Nelsón
Vinierón
Visitarón
Descubrierón


Es frecuente leer, sobre todo en las redes sociales verdaderos disparates como: estuvierón, vinierón, visitarón, cantarón, descubrierón, Nelsón y otras barbaridades. Lo malo de todo esto es que quienes incurren en esos dislates, por lo general son personas que utilizan el lenguaje como herramienta básica de trabajo, además de que han cursado estudios de posgrado, desde una especialización, pasando por una maestría, hasta llegar al doctorado. Sin dudas, confunden terminación con acento.
Las palabras estuvieron, vinieron, visitaron, cantaron, descubrieron, y Nelson, terminan en consonante “N”; pero su acento o mayor entonación de voz está la penúltima sílaba. No se les coloca la tilde precisamente porque terminan en “N”.

Y ya que les he hablado de las palabras graves, con la finalidad de evitar graves problemas de acentuación, es prudente aclararles que no se debe escribir intérvalo, toda vez que es una palabra grave y no esdrújula, como muchos redactores y sobre todo algunos que se autodenominan creativos publicitarios piensan. Hace muchos años en Venezuela hubo una cuña  televisiva de una toalla sanitaria, a la que la empresa que la creó insistía en llamar intérvalo (esdrújula).

Lo curioso es que mientras en el segmento cantado del referido comercial se oía intérvalo, en la parte impresa y por tanto visible para la teleaudiencia, se leía claramente intervalo, es decir, la forma correcta, lo cual implica que el “creativo” publicitario no tiene idea de lo que son las palabras por la índole de la entonación. Ello quizás haya sido determinante para que en varios países de América se hable de intérvalo y no de intervalo, que es como debe ser. Vale acotar que las sílabas, para efectos de la colocación de la tilde, se cuentan de derecha a izquierda.

dfigueroa64@gmail.com
@nuestroidioma65
nuestroidioma65.blogspot.com

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