Por: Marcos David Figueroa Díaz
Hay cosas que son muy elementales, y por eso, algunos piensan que no vale la pena recordarlas y comentarlas, pues se supone que deben ser conocidas y manejadas con facilidad.
Por ejemplo, en Venezuela, en la época en que estudié, las enseñanzas sobre ortografía eran impartidas en quinto y sexto grados de la educación primaria; luego se reforzaban en secundaria, y se repasaban brevemente en la universidad. Puede decirse entonces, que la ortografía es algo muy elemental, y que todo el que haya estudiado debe desenvolverse con soltura en ese menester. Pero lamentablemente no es así, dado que las impropiedades más comunes en la escritura son precisamente por desconocimiento de esas elementales nociones. Lo punible en estos casos, es que muchos de los que incurren en faltas de ortografía, son personas poseedoras de un alto nivel de preparación.
Durante los más de veinte años que llevo dedicado al comentario sobre vicios del lenguaje oral y escrito, me he referido en infinidades de veces a las palabras por la índole de la entonación, y me complace que a la luz de mis recomendaciones, muchas hayan sido las personas que han disipado sus dudas; pero ha habido otras que no han podido superar ese escollo. A ese segmento de la sociedad es al que siempre se le debe insistir sobre la necesidad y la obligación que tienen de escribir bien, por el simple hecho de haber estudiado.
Las redes sociales están plagadas de errores ortográficos, que hasta se ha llegado a pensar que a todo el que incurra en ellos, se le penalice con la cancelación de la cuenta. Claro, eso quizás sea una ocurrencia jocosa de algún tomador de pelo; pero sería muy saludable que se aplicara.
El origen de las faltas de tilde está en que algunas personas, profesionales de la comunicación incluidos, no tienen claro lo que es el acento y para qué se usa. A ello se aúna el hecho de que desconocen lo que son las palabras graves, agudas, esdrújulas y sobreesdrújulas. He dicho que para escribir medianamente aceptable, es indispensable manejar con facilidad esos dos aspectos, pues lo demás llegaría por añadidura.
Me ha llamado poderosamente la atención que en Facebook y Twitter abundan los errores derivados de las palabras tritónicas, es decir, las que, de acuerdo con la función que desempeñan, tienen tres formas de acentuación. Lo de tritónica, nada tiene que ver con tritón, que según la mitología griega, “es un dios, mensajero de las profundidades marinas, hijo de los dioses marinos Poseidón y Anfítrite; suele ser representado con el torso de un humano y la cola de un pez”.
La gama de las palabras tritónicas es amplísima; pero en este artículo, por razones de espacio, solo mostraré algunas, con ejemplos sencillos, en aras de hacer que se disipen las dudas.
EJÉRCITO - EJERCITO - EJERCITÓ
Palabras tritónicas
Ejército no es lo mismo que ejercito y ejercitó, pues la primera forma es una palabra esdrújula que corresponde a un sustantivo; la segunda y la tercera son conjugaciones del verbo ejercitar en presente y en pasado, respectivamente. Igual criterio se aplica para hábito, habito, habitó; médico, medico, medicó; género, genero, generó; práctico, practico, practicó; ánimo, animo, animó; diálogo, dialogo, dialogó; específico, especifico, especificó; incómodo, incomodo, incomodó; íntegro, integro, integró; próspero, prospero, prosperó.
Esa falta de colocación de la tilde, muchas veces es favorecida por el hecho de que el procesador de palabras de los computadores personales las subrayan en rojo o en verde para que sean revisadas. Si no se tiene noción sobre las palabras por la índole de la entonación, se incurrirá en error. Algo parecido ocurre con los llamados teléfonos inteligentes, que cambian las palabras: si se escribe estudio, con toda seguridad aparecerá estudió y viceversa. Si se desconocen las reglas para la colocación de la tilde, irremediablemente se incurrirá en error.
El subrayado que aparece cuando se escribe en un computador se debe a dos razones: la palabra está mal escrita o no está en el diccionario del procesador de palabras del equipo. El subrayado en verde advierte que es posible que haya una falta de sintaxis, que por lo general nunca existe. En este último caso es conveniente usar el sentido común, que es una guía infalible a la hora de escribir medianamente aceptable.
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