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martes, 10 de julio de 2018

¡SOBRE EL LENGUAJE DEL FÚTBOL!


     Cuando escribí el artículo titulado “Algo sobre Rusia 2018”, publicado en este medio digital, no lo hice pensando en que escribiría una segunda parte; pero por una amable sugerencia de mi respetado amigo José Duque, hoy vuelvo a referirme al tema, en aras de refrescar lo anterior y agregar otros casos en los que la mayoría de los narradores y comentaristas que actúan en el presente torneo mundial, incurren de manera reiterada, por lo que, este comentario es la continuación del anterior. Debo decir que Duque es docente de la Universidad de Carabobo, Venezuela, y gran conocedor del asunto gramatical y lingüístico, con quien suelo intercambiar opiniones acerca del lenguaje que emplean los medios de comunicación social, tanto de Venezuela, como de otros países de habla hispana, siempre con la intención de aportar soluciones.  

     En sus más recientes misivas, el estimado profesor universitario me ha manifestado sus dudas sobre el término entretiempo, empleado en el argot futbolístico para señalar el tiempo de descanso luego del primer período de un partido de fútbol. Él considera que debe ser entretiempos (en plural), y para tal efecto, esgrime un argumento válido y sin desperdicios. También me ha mostrado su inquietud en cuanto a las muletillas y lenguaje monótono de los narradores y comentaristas presentes en Rusia 2018.


  Luego de consultadas las opiniones de conocedores del fútbol, como Manuel Castillo (árbitro colegiado en situación de retiro), Arnoldo Fréitez, (periodista y comentarista deportivo), Héctor Alvarado (locutor y también comentarista deportivo), Héctor González (periodista y comentarista deportivo), Jesús Rodríguez (delegado de Portuguesa FC), puedo afirmar, sin ningún temor, que ambas expresiones son válidas, y les diré por qué.

     La regla 7 del balompié, que consagra la duración del partido, establece que este “durará dos tiempos iguales de 45 minutos cada uno, salvo que por mutuo acuerdo entre el árbitro y los dos equipos participantes se convenga otra cosa”. 

    Pero también se sabe que el juego dura 90 minutos, y por ese motivo se puede hablar de “el tiempo de juego”, expresión que alude a un elemento masculino singular (entretiempo). En favor de entretiempos, de acuerdo con el enunciado de la mencionada regla, un juego se desarrolla en dos tiempos de 45 minutos, lo cual da origen a una expresión plural.

     Entretiempo y entretiempos podrán usarse en razón de gusto, siempre que su empleo no aje ni envilezca el lenguaje. La Fifa lo define como el intervalo del medio tiempo, y apunta que “no deberá exceder de 15 minutos. Podrá ser alterado con el consentimiento de árbitro”.

     Me parece que el ente rector del balompié mundial, así como suele actualizar las reglas en función de ponderar el espíritu de las mismas, debería señalarlo simplemente como el tiempo de descanso, pues es a eso a lo que se refiere.     

     Otras de las inquietudes del apreciado profesor José Duque, son las constantes muletillas, las repeticiones monótonas y las omisiones en las que incurren los narradores y comentaristas, especialmente argentinos y uruguayos, contra quienes no tengo nada; pero es algo cuestionable y que debe ser comentado, dado que por su oficio están en la obligación moral de no maltratar el idioma español, que de paso, es abundoso en sinónimos.
Acostumbran suprimir los artículos determinados en, como por ejemplo: “Fulano ataca por izquierda”; “Zutano avanza por derecha”. El sentido común y el buen gusto sugieren que debe decirse “por la izquierda” y “por la derecha”.

     De lo anterior no escapa el compatriota venezolano Alex Candal, a quien es frecuente oírle “la contra” para referirse al contraataque; pero como argumenta José Duque, podría tratarse de una expresión acortada; “pero si es acortamiento de contraataque, lo propio es decir ‘el contra’, pues contraataque es de género masculino, a menos que se refieran a contraofensiva, o que los profesionales del relato y el comentario deportivos le hayan dado una nueva acepción a la palabra contra, cosa poco probable.

    En cuanto a “la chance”, utilizada de manera cansona por argentinos y uruguayos, debo decir que no hay error al empelarla, pues es un modismo sureño, compuesto por un artículo determinativo femenino que acompaña a un sustantivo que, por lo menos en Venezuela, se ha españolizado como masculino. Es como si se dijera la oportunidad o la ocasión.

dfigueroa64@gmail.com
@nuestrodioama65
nuestroidioma65.blogspot.com

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