Por: David Figueroa Díaz
15/10/2022
Hay quienes aseguran no tener errores ortográficos, además de que se precian de manejar con relativa facilidad el lenguaje que emplean, lo cual me parece razonable, máxime si ese alguien es comunicador social, educador o desempeña otro oficio afín. Lo cuestionable es que cuando escriben o hablan, demuestran todo lo contrario.
Un error ortográfico no es solo escribir «alluda», «apollo», «esplicacion», «iglecia» y «todabia», en lugar de ayuda, apoyo, explicación, iglesia y todavía. Un error ortográfico también es omitir una tilde, o colocarla cuando no debe ir; es no colocar un signo de interrogación o de admiración; es no tildar las mayúsculas.
Eso lo ignoran muchos de los que se precian de escribir sin faltas de ortografía; pero si no toman en cuenta esto que les estoy advirtiendo, su forma de escribir siempre será defectuosa.
Desde tiempos recientes me ha llamado la atención el hecho de que en publicidad, con intención o si ella, se incurre en un uso inadecuado de las mayúsculas. Se ha vuelto una mala costumbre colocarle mayúscula a casi todas las palabras en un contenido publicitario y hasta en textos de otra índole.
Por eso es frecuente leer, por ejemplo: «Venga y haga sus Compras con Comodidad»; «Somos los más Firmes aliados de su Economía»; «Tenemos todo Para amoblar su Casa»; «La Solución para los Problemas con su Vehículo se la Tenemos en…».
Y así como esos hay más, con los que se evidencia el grado desconocimiento de quienes se dedican a escribir de esa manera, supuestamente para llamar la atención. Yo les preguntaría: ¿para llamar la atención de quién? Considero y no tengo ninguna duda de que para llamar la atención, solo basta escribir adecuadamente. Para tal fin, no es necesario ser individuo de número de la Real Academia Española.
Buen manejo del lenguaje, y en eso tengo un largo camino andado, que no me perfila como un experto; pero me ha dado la solidez suficiente para afirmar que en el ámbito publicitario, con contadas y honrosas excepciones que se distinguen muy fácilmente, hay muchos disparateros.
Estimo conveniente recalcar que las mayúsculas llevan tilde, y no colocárselas es un error ortográfico. Para su uso existen unas reglas que permiten manejar el asunto con relativa facilidad.
Téngase presente que cuando palabras como «río» y «ciudad» no forman parte del nombre del lugar, se escriben con inicial minúscula, y con mayúscula si son parte de este: «El río Guanare es el más caudaloso del estado Portuguesa», «Río Caribe es la capital del municipio Arismendi del estado Sucre»; «En la ciudad de Acarigua ha llovido copiosamente en los días más recientes»; «Mi hija Daniela reside en Ciudad Piar».
Para cerrar, aunque a algunos les parezca una nimiedad, es conveniente que recuerden que los meses del año, los días de la semana y los gentilicios, se escriben con inicial minúscula, a menos que con ellos se inicie un escrito: lunes, martes, miércoles; enero febrero, marzo; venezolano, antioqueño, guanariteño etc.
De modo pues que, lo del uso excesivo de las mayúsculas en publicidad, no es ninguna creatividad, no es un asunto de modernidad, de una estrategia de mercadeo ni nada de eso; es simplemente frivolidad y desconocimiento por parte de los que, cual si tuvieran un parche en un ojo, han asaltado un ámbito en el que por lo general ha habido gran calidad.
Es por eso que cada vez que hablo del asunto, tengo el cuidado de aclarar que no todos los que se dedican a la publicidad son disparateros.
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