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sábado, 25 de marzo de 2023

Algunos verbos preferidos

Por:

David Figueroa Díaz


25/03/2023

El uso frecuente de ciertas y determinadas palabras no es algo pueda ser condenable, pues cada quien es libre de hacerlo; de hecho, eso se convierte en un rasgo distintivo, lo cual por lo general es provechoso, aunque a veces el efecto pudiera ser desfavorable.

Cada ser humano, sin importar su grado de preparación, por diversas razones, de cuando en cuando usa las mismas palabras. Eso hace que, también de manera frecuente, en tertulias y otras dinámicas de grupo se diga que tal o cual vocablo o expresión son de Fulano de Tal.

Nada de eso es cuestionable; pero es prudente advertir que ni las palabras ni los colores son propiedad privada de nadie.

En el caso de la Comunicación Social, que es el ámbito en el que me desenvuelvo, también de manera frecuente, muchos periodistas apelan siempre a las mismas palabras (verbos, sobre todo), lo cual sí sería cuestionable, tomando en cuenta que un periodista es en esencia un educador a distancia, para lo cual debe poseer un manejo relativo del lenguaje que emplea, pues si no enriquece su léxico, su desempeño no será productivo ni provechoso.

Ahora, enriquecer el vocabulario no significa que un periodista deba pretender convertirse en catedrático de su lengua materna; pero debe procurar incorporar nuevos vocablos de manera progresiva, con el fin de que su desempeño logre el propósito, que no es otro que educar, entretener e informar.

Aunque debe tener cuidado de no pretender hacer literatura en cada nota informativa, pues pudiera ocurrirle que no haga ni lo uno ni lo otro. Se da el caso de periodistas que de manera muy natural y amena por demás, muestran sus grandes cualidades en el aspecto literario; pero eso es otra cosa.

No quiero hacer señalaciones; pero muchos periodistas, con contadas y honrosas excepciones que se distinguen muy fácilmente, recurren siempre a los mismos verbos, sobre todo los que cubren la fuente de política y de comunidad. Pareciera que tienen una lista en la que están sus verbos preferidos, aunque la sinonimia sea amplísima. Los más usados son aseverar, ejecutar e iniciar. Espero que esta orientación les sea útil, sobre a todos a los colegas que se esmeran por usar de mejor manera la expresión escrita, que es su herramienta básica de trabajo. ¿O no?

Por lo general, los mencionados verbos son utilizados incorrectamente, ante lo cual es prudente decir algo, en función de que los comunicadores sociales y todos aquellos profesionales cuya ocupación habitual sea la redacción de textos, se persuadan de la importancia de escribir bien, para lo que no es necesario ser miembro de la Real Academia Española.

En los manuales de redacción de muchos medios de gran prestigio existe un apartado sobre los verbos para atribuir, junto con la justificación de uso en cada caso. He leído el de El Tiempo de Bogotá, y puedo decirles que es un valioso material con el que los interesados podrán disipar muchas dudas. ¡Lo recomiendo!

El más usado de los verbos, utilizado principalmente para atribuir, es aseverar. Para muchos diaristas, ahora todo es aseverar, como si no existiera otro que pudiera expresar la misma intención.

Por definición, aseverar es «decir que una cosa es tal y como se expresa o sucede y no solo posible, deseada, etcétera». Pero lamentablemente, se lo usa de manera inadecuada, pues para señalar que mañana será domingo y que pasado será lunes, no es necesario afirmarlo con convencimiento.

El segundo verbo en la preferencia, es ejecutar. Significa «llevar a cabo una acción, especialmente un proyecto, un encargo o una orden». También es «realizar una acción que requiere especial habilidad para algo artístico, como una pieza musical, un baile, un juego de ejercicios malabares, etc.»

Pese a la clara definición, muchas veces se lo usa de forma incorrecta, como en el caso en el que «el orador ejecutó unas preguntas a los que asistieron al acto»; o que «el director está por ejecutar una decisión importante». Aunque ejecutar sea sinónimo de realizar algo, en ambos ejemplos no debió usarse.

Con iniciar la cosa es sencilla, pues solo basta con saber que los eventos y otras actividades no inician, se inician. Por tanto, es inadecuado decir, por ejemplo, que «la Campaña de Vacunación de las Américas iniciará en abril». El mencionado verbo es sinónimo de comenzar; pero no se construye de la misma forma que este, y he ahí la importancia de poder distinguirlos para saber usarlos.

domingo, 12 de marzo de 2023

¡Eso no es nada nuevo!

Por:                                 


David Figueroa         

11 de marzo de 2023   

En lo que va de año he estado ausente dos sábados, por razones ajenas a mi voluntad, y siempre que eso ocurre, pido disculpas al equipo editor de este importante medio de comunicación ya los lectores, en especial a aquellos que se han autocalificado como asiduos lectores de este trabajo de divulgación periodística. ¡Muchas gracias por el apoyo moral!              

 Cada cierto tiempo, no sé si eso ocurrirá de manera sistemática, aparecen informaciones sobre hechos que ocurrieron hace varios años. Es fácil colegir que la intención es hacer creer que son nuevos. Quien no se preocupe por indagar, podrá convertirse en multiplicador de cosas falsas, sin habérselo propuesto. Ese tipo de información son muy frecuentes en redes sociales, y son replicadas hasta el cansancio en grupos de WhatsApp. La finalidad, como lo dije antes, es aparentar novedad o en el peor de los casos, crear confusión.  

 Quien se precie de comunicador social no deberá darle cabida a ese tipo de contenido, a menos que esté recibiendo una remuneración por multiplicar la mentira, que los hay en cantidades inimaginables. Ante esos casos, un periodista o cualquier persona con sentido común, deberá abstenerse hasta que haya comprobado la veracidad. muchos de los que escriben para redes sociales, no tienen la mínima noción de lo que es la comunicación social. 

 Hace pocos días hubo una especie de revuelo porque supuestamente la Real Academia Española había decidido volver a colocarle la tilde al adverbio “solo” ya los demostrativos “este”, “ese” y “aquel”, lo que implicaría que podrían llevar a tilde, a juicio del que escriba, para evitar ambigüedades. Eso no es cierto, tal como lo corroboró la docta institución a las pocas horas de haber producido el escándalo.

 Antes de 2010, año en que ocurrió la más cercana actualización ortográfica que yo recuerdo, la palabra “solo” llevaría tilde cuando oficiara de adverbio (con significado de solamente). No la llevaría cuando significara “sin compañía”; pero recalcaba que podía usar la tilde en casos en los que pudiera haber ambigüedad: “Sólo (solamente) se aceptan pagos en efectivo”; “Vino solo (sin compañía) a la fiesta”. Para cortar por lo sano, la RAE sugirió que en ninguno de los casos debería tildarse, aunque dejó abierta la posibilidad de que se usara la tilde cuando pudiera haber ambigüedad. ¡Bueno, eso se mantiene vigente! ¿Cuál es la novedad?

Ahora, la ambigüedad no es algo que pueda evitarse con la colocación o la supresión de la tilde. El sentido común es el mejor aliado para no ocurrir en situaciones contrarias a lo que es la intención original. Si digo por ejemplo: “Es mejor estar solo que mal acompañado”, no dejo lugar a una interpretación inadecuada, pues deberá saberse que el vocablo “solo” alude a “sin compañía”, por razones muy evidentes.  

   Pero imagínense que sea cierto eso de que la RAE sugiere volver a la forma anterior, ¿de qué serviría? Muchas han sido sus sugerencias y recomendaciones, y sin embargo el común de la gente no las ha asimilado.

 De la misma fecha son la supresión de la tilde en la “o” y la separación del prefijo “ex” de la palabra a la que acompaña. Antes de 2010, a la “o” se le colocaba tilde para no confundirla con el cero (0). Hoy día, en acatamiento de la disposición académica, no debería colocársele en ningún caso; pero muy pocos son los que se han acostumbrado, además de que hay otros que no saben que eso ocurrió y para qué ocurrió.  

  Eso de que antes debia colocarse la tilde a la “o” para no confundirla con el cero (0), me parece algo muy ingenioso, pues tanto en las antiguas maquinas de escribir, como en los teclados de las computadoras (ordenadores) y telefonos , esos caracteres están bastante diferenciados. En todo caso, la recomendación valdría para los manuscritos. Lo cierto del caso es que desde hace 10 años se pidió no colocar la tilde en la “o” en ningún caso; pero esa sugerencia no ha tenido el efecto deseado.

 Algo parecido sucede con el prefijo “ex”, que antes de 2010 debía escribirse separado de la palabra a la que acompañaba; pero ahora deberá ir pegado a esto, excepto con las palabras compuestas: exesposa, exdirector, expolicía; ex vicepresidente, ex superintendente, ex cuentadante. ¿Se dio cuenta de que no es nada nuevo?                                            


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