Médico de Cabecera y Santo Sanador

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ES DURO, PERO TU PUEDES...QUITA LA PANDEMIA

martes, 28 de abril de 2020

¡Otro breve repaso!


 
Las múltiples ocupaciones de estos días de agitación en Venezuela, han motivado mis ausencias más recientes, pues el trabajo como periodista al servicio de un ente gubernamental me impone tareas que debo cumplir aun fuera del horario, en función de mantener informada a la colectividad sobre el día a día de las autoridades de Salud en la lucha contra el COVID-19.
En el estado Portuguesa, entidad en la que habito, hasta hace poco no se habían registrado casos de coronavirus, y ahora hay tres, lo cual ha prendido las alarmas, y hace que en cada municipio se extremen las medidas para evitar la propagación de la pandemia, que conlleva la movilización de médicos, enfermeras, cuerpos de seguridad del Estado y periodistas, entre los que me encuentro. Por eso, aunado a las fallas en el fluido eléctrico e inestabilidad de la Internet, muchas veces me he visto imposibilitado de redactar la acostumbrada publicación sabatina y aun enviarla por correo electrónico.
Hoy, con la finalidad de recuperar la regularidad de autor en este importante medio impreso, haré un repaso sobre algunos casos que suponen un uso inadecuado de la lengua, que se han hecho frecuentes en los medios de comunicación y en el habla cotidiana.
Las impropiedades más frecuentes, lo he dicho muchas veces, tienen su origen en el uso inadecuado de las mayúsculas, minúsculas, verbos en gerundio mal utilizados, omisión de los signos de puntuación y en el empleo de palabras con significado diferente del que registran los diccionarios.
En este último aspecto, la campeona es sendo, con su correspondiente femenino y plural, que en Venezuela se emplea como sinónimo de grande, extraordinario, formidable: “Sendo automóvil (coche) compró el vecino”; “Senda cachetada le dieron al abusador”. Sendos significa algo así como uno de cada cual o uno para cada cual.
Y así, por descuido o por desconocimiento, muchos vicios se han arraigado. Y aunque estas advertencias pudieran significar una lucha contra la corriente, de cuando en cuando es necesario decir algo.
La omisión de la tilde en la palabra mas es harto frecuente, y la razón es muy sencilla: muchos redactores no tienen claro lo que es tilde y lo que es acento. Algo parecido ocurre con aun. La primera de las partículas nombradas lleva tilde cuando es adverbio de cantidad o cuando se la usa en una frase comparativa: “Dos más dos”; “Fulano de tal es el más alto de la clase”. No se tilda cuando cumple funciones de conjunción adversativa, o lo que es lo mismo, cuando puede sustituir a pero: “Todos se habían resignado, mas Juan no lograba reponerse de aquel duro golpe”; “Se lo advertí; mas no me hizo caso”. En ambas proposiciones cabe la palabra pero: “Todos se habían resignado, pero Juan no lograba reponerse de aquel duro golpe”; “Se lo advertí; pero no me hizo caso”.
En casi todas las ediciones de la Biblia abunda mas en sustitución de pero: “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren”, como lo evidencia el Evangelio de Juan, capítulo 4, versículo 22.
A la otra partícula se le coloca el símbolo gráfico cuando tiene valor de todavía: “Se marchó de madrugada y aún no ha regresado”; “Aún estás a tiempo de recapacitar”. No lo lleva cuando significa incluso, hasta, también, inclusive (o siquiera, con negación): “Aun los tontos los saben”; “Ni hizo nada por él ni aun lo intentó”.
La frase a nivel de, en Venezuela se ha convertido en una especie de comodín, pues la usan desde los más modestos, hasta los más atildados comunicadores sociales y es común en prestigiosos medios, especialmente en los que se dedican a la farándula. En este país desde algún tiempo, todo es a nivel: “A nivel de jueces, “a nivel de artistas”, “a nivel de prensa”, “nivel de perfume”, “a nivel de cantantes”, “a nivel de jugadores”, etc.
Quienes incurren en ese dislate, al parecer exclusivo de periodistas y locutores venezolanos, lo que desean es destacar el ámbito en el que suceden o se encuentran las cosas, solo que no utilizan la forma adecuada. Cuando algo está a nivel de otra cosa, significa que se haya en el mismo plano horizontal, lo que implica que está a su misma altura. Lo demás es frivolidad o desconocimiento, en el peor de los casos.

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